Cuando navego en las redes sociales compruebo lo difícil de los mundos que cada uno llevamos.
Veo, leo y observo tantas cosas y repito lo difícil que debe ser el mundo para las nuevas generaciones, la competitividad tan grande e inhumana, todo el día pegados a las redes buscando un mundo idealizado, buscando clientes o personas que le ayuden a seguir creciendo.
Qué difícil es competir con tanta juventud que habla un idioma nuevo, un sistema de vida nuevo y todos creyentes de que viene algo nuevo.
A mis 52 años hoy, recuerdo que yo decía lo mismo; estamos viviendo nuevos paradigmas, estamos en un gran cambio repetía a la edad de ellos, y luego compruebo que todos hemos tenido el mismo sentir, siempre el mundo ha girado y nos lleva a repetir todo como si fuera nuevo.
Hoy en día se habla de la liberación de la mujer y se vuelve a los rituales antiguos para liberar y dar la bienvenida a quien realmente deberíamos ser; recuerdo haber hecho esto en mi momento también, quizás hoy se escucha más fuerte, más alto y se sienten las voces de aquellas que fueron cegadas.
Lo que siempre ha sido y será
Yo le digo a la mujer que continúe, que hable, que diga lo que piensa pero que también aprenda que en todos los mundos solo el amor ha prevalecido, la violencia atrae más violencia y lo que nosotros queremos realmente es acabar, erradicar la violencia instaurada para callar a este género potente.
La mujer es y será por siempre la contención, el pilar, la dadora de vida, la poetisa, la soñadora, la hermosa, la delicada y la fuerte, la madre, ella no necesita violentar para dejar sus derechos claros a quienes todavía creen que no los tiene.
La mujer hoy solo necesita amarse y reconocerse para que así vuelva el recuerdo a quienes han olvidado lo que un día y siempre fue y seguirá siendo.
Ámate mujer, respétate y reconócete para que el mundo tu espejo, te devuelva tu mirada.