Si se encuentras buscando comida cuando se siente angustiado/a o inquieto/a, concéntrese en sus hábitos.
Comience notando la diferencia entre la verdadera hambre de estómago y el hambre emocional.
Sienta cómo se siente cada vez que da un bocado. ¿Está su estómago gruñendo? ¿Se siente vacío indicando verdadera hambre? ¿O simplemente está buscando una manera de aliviar su actual estado de angustia?
Comer también es un acto inherentemente emocional. La nutrición es una de las experiencias más tempranas de recibir amor y afecto en la vida de una persona.
Sin embargo, la alimentación emocional se vuelve problemática cuando se vuelve dependiente de la comida como una fuente frecuente de comodidad. Comer emocionalmente es siempre un signo de fuego digestivo bajo (agni) en Ayurveda.
Si no se siente realmente hambriento, piense en otras formas en que puede satisfacer sus necesidades emocionales y recuperar la calma, sin recurrir a la comida.
Un paseo por los alrededores, llamar a un amigo o un breve auto masaje (abhyanga) lo/a ayudará a desviar su atención de las elecciones emocionales de alimentos.
Además, ocúpese de la fuente de su trastorno emocional:
- ¿Es una fecha límite, tiene que entregar algún trabajo le hace sentir bajo presión?
- ¿Tuvo una discusión con un miembro de la familia la semana pasada que todavía le molesta?
Tomarse el tiempo para reflexionar y lidiar con las preocupaciones puede reducir considerablemente su deseo de comer emocionalmente a medida que llega a la raíz del problema.
Recuerde: La función principal de comer es proporcionar combustible y sustento para la supervivencia.
