Ayurveda tiene una filosofía y esta es que: lo similar aumenta, y que los opuestos se equilibran.
Kapha dosha es naturalmente pesado, lento, fresco, aceitoso, liso, denso, estable, grueso. Por lo tanto, la exposición a estas cualidades ya sea a través de nuestras dietas, hábitos de vida, relaciones o experiencias, tiende a aumentar el kapha.
Por otro lado, kapha se equilibra con alimentos y experiencias que son ligeros, cálidos, secos, ásperos, móviles, sutiles. Sin embargo, cuando kapha se agrava en el canal de la mente, tiende a causar pesadez y nubosidad, lo que puede conducir fácilmente a la complacencia, letargo y falta de motivación.
Comenzaremos por explorar cómo ocurren estos desequilibrios. En otras palabras, es importante abordar la dieta para equilibrar kapha.
Pero en el nivel fundamental es que nuestra fisiología está muy adaptada y respaldada por un cierto sentido de regularidad. En realidad, esto es precisamente por lo que la rutina diaria es una terapia tan efectiva.
Si bien kapha tiene que tener cuidado de no meterse en una rutina pues le hace bien en cambiar las cosas periódicamente, el hecho es que tener una rutina simple puede ser útil.
Crear una cantidad de puntos de referencia familiares y reconfortantes a lo largo de cada día envía una afirmación a los tejidos profundos del cuerpo de que todo está bien, que podemos estar tranquilos.
Cuando el cuerpo se acostumbra, y aprende a contar, con una rutina diaria que incluye cosas como el descanso adecuado, el ejercicio adecuado y una práctica espiritual nutritiva, la mente y el sistema nervioso comienzan a relajarse naturalmente, y pueden brindar más claridad.
Adoptar una rutina diaria es también un acto de amor y autocuidado muy útil y duradero. Cada día, nuestras rutinas nos brindan una oportunidad de priorizar nuestra propia salud y bienestar, independientemente de lo que pueda estar sucediendo en nuestras vidas.